La ecología afectiva nos brinda una nueva manera de ver nuestro vínculo con la naturaleza. Explora los posibles mecacnismos que evolutivamente fundan la capacidad y necesidad humana de estar en contacto con el ambiente natural. Giuseppe Barbiero indica que hay dos hipótesis científicas que conforman la ecología afectiva: la biofilia y las inteligencias multiples.

Frente a frente con un Catso blanco ( Platycoelia lutescens)

La Biofilia, en el ambito científico, fue descrita en 1984 por el entomólogo de Harvard Edward O. Wilson. En su libro el muestra que la relación con el ambiente natural ha sido fundamental para la evolución de la especie humana, y nos hace refleccionar sobre las implicaciones en salud mental que derivan de la expocisión del ser humano a ambientes artificiales por largos periodos de tiempo. El aspecto de la biofilia que resaltamos en el trabajo de VIDA CON AMOR es esa capacidad que tenemos todos de relacionarnos afectivamente con los seres vivos y sus procesos. Edward sustenta que el vinculo del ser humano con la naturaleza es esencial para mantener una buena salud, tal como lo afirmaron hace milenios las diversas culturas ancestrales que habitaron y habitan este hermoso planeta.

Una ranita marsupial (Gastrotheca riobambae) completa su viaje de cambios y sale del reservorio ayudada por un niño..

Howard Gardner un psicólogo de Harvard, casi al mismo tiempo que Edward, afirma que la inteligencia es compleja y que bajo criterios cientificos puede diferenciar hasta 7 tipos de inteligencia, asi destruyendo la primacia de la inteligencia lógico-matemática. En 1999 descubre una nueva inteligencia, la inteligencia naturalista, que nos permite diferenciar lo natural de lo artificial. Giuseppe dice que tanto la inteligencia naturalista como la biofilia nos muestran la importancia del medio ambiente para el correcto desarrollo del ser humano y que son suceptibles de ser fortalecidas o mermadas.

En VIDA CON AMOR recopilamos prácticas de ecología profunda y ecopsycología para ofrecer espacios de reflexión acerca de la necesidad de ser sustentables y regenerativos además de reconectarnos con la naturaleza. Entre estas prácticas están las caminatas concientes y meditación en espacios naturales, dinámicas de reconexión de ecología profunda, descubriendo la flora y fauna locales, baños de bosque, etc.